viernes, 20 de noviembre de 2015

En El Periódico. "Bombas gordas".





Paz
El sufrimiento allí no nos duele, sobre todo no les duele a los políticos, aquel pueblo llano se retuerce entre alaridos descoyuntado por las explosiones de las bombas, lloran con furia sus muertos, niños huérfanos perdidos entre la barbarie, adultos desquiciados por haber nacido pobres, qué bombas más gordas tenemos, qué políticos más potentes tenemos, estamos protegidos o a la intemperie con nuestros poderosos argumentos, me gustaría que notáramos la angustia de aquel pueblo llano en nuestros cuerpos y nos opusiéramos a que nuestros dirigentes bombardearan algún sitio donde matarán inocentes, algún sitio donde el dolor de chiquillos se ahogue entre trozos de bombas oficialmente fabricadas por adultos, algún sitio donde volar por los aires un hospital sólo merezca una respuesta, ha sido un error. Yo no quiero llorar muertos inocentes de un concierto musical ¿Estamos locos? Si no prohibimos los bombardeos a indefensos inocentes nuestras calles serán la selva donde cualquier vecino nos parecerá un terrorista.
El sufrimiento allí no nos duele, ni hospitales, ni colegios, ni casas familiares... no se respeta nada, la ciudades son un montón de escombros donde huele a carne humada quemada, no hago responsable a mi “pueblo” de todo, lo hago responsable cuando bombardea con nuestras bombas bien gordas a gente oprimida con la excusa de matar al cabecilla, cabecilla de qué, me huele que el propósito es otro; venganza, prepotencia, dar salida al rimero de armas fabricadas... pagamos la locura con la ceguera de una gente que utiliza sus “bombas” en forma de kalashnikov, cinturones explosivos, terror... no les doy la razón pero la civilización no es ojo por ojo, diente por diente y ellos no nos dejarán tranquilos mientras nuestras bombas bien gordas aterroricen a sus chiquillos.
Me dan náuseas cualquier terrorismo.

A. Hinarejos
19-11-15

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