La parcela “falsa”, esa que en algún momento la erigieron a
autonomía como provincia única separándola de Castilla la Nueva, ha logrado lo
que quería por enésima vez, y como hacen casi siempre esta vez también se han saltado
a la torera, nunca mejor dicho, las medidas contra la pandemia juntándose frente
al edificio ese que tienen atestado de corrupción, un “ejército” de votantes.
Eso gana, estamos en un país donde sus vecinos prefieren que
se hunda el pasaje a que se hunda el buque, una caña a un sepelio, al menos los
votantes de esa parcela así lo entienden. Franceses, alemanes… han aparecido al
saber que en Madrid se puede saltar por encima de cualquier “ley” sobre una
pandemia peligrosamente mortal, una enfermedad que ha eliminado a un tanto por
ciento bastante alto de nuestros abuelos y abuelas, una epidemia capaz de
encerrarnos en casa a media humanidad y sin
embargo la presidenta de esa “falsa” autonomía vocifera que ella hará lo que le
dé la gana, cosa que a un pueblo con ganas de fiesta le ha satisfecho, la han
elevado a la cúspide del poder para
poder seguir emborrachándose de libertinaje, aunque ella, la presidenta lo
llame libertad.
No se conoce cuánto durará este invisible bicho, lo que sí es
bien cierto es que como no sigamos unas medidas imprescindibles durará mucho
más y lo que es peor mucha más gente morirá, y no sólo abuelas y abuelos.
Mañana cuando se retire el virus solamente habrá hecho un
bien, atrasar un ápice el cambio climático. Quizá esa comunidad “falsa” hace lo
que hace porque piensa que queda poco para tomar cañas.
10-05-21
A.
Hinarejos
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