Una mujer joven, en Alicante, coge a su hijo se lo echa a cuestas y se pone a subir unas escaleras, cuando llega arriba lo sienta en el último peldaño y baja, coge una silla de ruedas y la sube para que su hijo se siente en ella, hasta diez veces cada día hace esta operación y poder ir cambiando de aula para seguir el curso.
Es la triste imagen de nuestra democracia, el ascensor lleva tiempo roto y el responsable, funcionario, político, director del colegio… “averiado”, lo triste es que su avería no repercute en él, está maltratando a un niño al no dejarle que lleve una vida normalizada y a su madre haciéndola cargar como una mula su peso, no hablemos del “peso mental” de toda la familia y amigos, esto es abuso de poder. Sí, porque su poder tergiversa la realidad y a una persona independiente la hace dependiente.
Si no funciona el ascensor, instituto cerrado, es lo que se tendría que hacer si el responsable se diera cuenta que marginar es también obligar a que tu madre te cargue para poder estudiar. Él, ejercitando su cargo es un “discapacitado circunstancial". Vamos, que ni sabe, ni quiere, ni puede…
La persona que utiliza una silla de ruedas para moverse, siempre es el último en todo, en los estudios, en el trabajo, en el autobús… Por culpa de personajes incompetentes puestos en sitios que no saben hacer funcionar, como éste.
Sabrá que existe un servicio de mantenimiento que en 24 horas lo arreglan, ÉL sólo sabe lo que quiere saber.
¿Arreglará pronto el ascensor? ¿El niño podrá jugar y estudiar sin tener que cargarlo su madre como un saco?
Toda la escuela es víctima de un mal gestor. Niños, madres, personal…
10-09-24
1 comentario:
Casi he llorado porqué he recordado a mi madre haciendo lo mismo en Barcelona. Grácias a su gran esfuerzo yo pude estudiar y despues trabajar ya con mi propio esfuerzo.
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