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Primer mundo, Tercer Mundo, yo añadiría el mundo de las personas discapacitadas. Que… ¿Qué mundo es ese? Pues es el mundo tuyo, el mundo mío, el mundo de cualquier persona que viva porque en un segundo puedes pasar al mundo de la discapacidad, ese mundo que todo el mundo conoce pero que casi nadie quiere saber cómo funciona, ese mundo en el que puedes quedarte tirado en la cama o en cualquier otro sitio sin nadie que te asista. Ese mundo donde has de aguantar el picor rabioso de unos minutos o la sed aterradora de unas horas. Ese mundo que parte de la sociedad ignora a la hora de ceder el paso en el ascensor del metro, ese mundo que impide subir al autobús porque va lleno, o porque la rampa está rota, ese mundo que siempre se para y la sociedad lo permite con una sencillez pasmosa.
Ese mundo que para la administración no cuenta y si cuenta siempre es bajo mínimos. Ese mundo que es mío, tuyo, pero que lo tenemos arrinconado entre la sociedad, el trabajo es precario, la vida es dura y frente a la obligación de sobrevivir casi siempre se encarga la familia y no una administración que se dedica más a hacer obras faraónicas, que muchas veces no sirven para nada, que a destinar un dinero a paliar la dureza de ese mundo que no es ni primero, ni tercero, pero que en España lo introducimos fuera del rol cotidiano de la sociedad y es bastante copioso.
Cuántas puestas de sol sin contemplar, cuántos pasajes sin acariciar, cuántos abrazos sin compensar… Un mundo tan viejo como el tercer y el primer mundo, un mundo de todos que muchos no sólo ignoran sino que les molesta. Un mundo de dolor físico y emocional, de caricias, sueños, emociones… un mundo que necesita asistencia para ser social, Un mundo diferente lleno de vida y de inquietudes, un mundo que hace también sociedad con su diferencia.
Ni primer, ni tercer Mundo, ¡¡¡Ponle nombre!!!
11-12-24
7 comentarios:
Tota la raó del món!!! 🥰🥰🥰
Si per alguns la vida es una lluita , per altres es la lluita de la vida
Soc el veí Josep
usuario_a5eb9013
hace 4 horas
Ése fenómeno creciente de considerar que quien tiene un problema supone un problema nos va a explotar en la cara algún día. Como esos pesados impedidos que retrasan mi trayecto en transporte público, como esos molestos indigentes que afean mi vida, como esos maleducados bebés que lloran... Reacciones repugnantes, pero no por ello cada vez menos habituales.
usuario_aa0a7cf8
hace 14 minutos
No es que no queramos saber cómo funciona sino que simplemente no nos toca y cierto, no debería ser así. Creo que en este mundo de la discapacidad, cuando entras es porque te ha tocado, ya sea por un accidente o una enfermedad y entonces es cuando, a la fuerza, sabes de qué va todo.
Me cuesta entender que os encontréis con situaciones como las que indicas (ceder el paso en el ascensor). Quiero pensar que se trata solo de excepciones y no está normalizado y quiero pensar también que normalmente si necesitas ayuda en la calle enseguida hay quién se presta a ello. (gris piedra)
U
usuario_a5eb9013 usuario_aa0a7cf8
hace 32 minutos
No, no es así.
Mira, me ceñiré sólo a lo de los ascensores del metro, pero por no alargarme.
En la parada de Joanic (L4) hay carreras, de gente que puede correr, obviamente, para hacerse con una plaza en el ascensor. Y las personas que lo necesitan y para las cuales se puso ahí siempre, y con siempre quiero decir SIEMPRE, tienen que esperar a un ignominioso segundo turno, porque cuando llegan el ascensor ya está ascendiendo a los usuarios jetas.
: Lorenzo Muchas gracias Andrés por compartir tu artículo, tienes una delicadeza y una humanidad en como escribes que llena de emociones y te para a pensar, sobre todos los errores de esta sociedad y de mucha gente, cuando bastaría tan poco para empatizar entre las personas
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