Yo, que tendría que
sentirme mal, me rio entre dientes cuando os “contemplo”, creo
que tenéis cambiados los parámetros, os veo como si fuerais una
máquina complicada, vamos, como un móvil por ejemplo, solamente
explotáis lo fácil de vosotros, cuando tenéis ganas de comer,
hacéis el amor, cuando tenéis que permanecer sentados, paseáis...
...Sois la pera, os lamentáis, lloráis, usáis las manos cuando
tendríais que utilizar la palabra... ...Yo contemplo desde vuestro
lado las virtudes que dejáis de utilizar cuando intentáis vivir,
mecanizáis escaleras, rampas, pasarelas... para no andar y luego
pagáis para caminar en cintas mecánicas en un gimnasio, como va a
ir bien el mundo si derrochamos energía para hacer lo más básico
de lo que disponéis, como es el caminar, y del coche mejor no
hablemos, lo utilizáis hasta para ir a buscar el periódico, por
decir algo... ...Yo también, pero vosotros que estáis “enteros”,
vamos “sin romper”, necesitaríais un “manual” explicativo de
vuestro cerebro para no utilizar sólo las funciones más burdas, las
sutiles las tenéis todos fuera de vuestro alcance sin breviario, es
una pena que paseemos por la vida sin conocer la sutilidad de
disfrutar sin emporcar, está roto vuestro “muñeco”, el
polichinela tiene las “neuronas” confundidas, levanta la mano
cuando quiere atarse los cordones, cuando está triste ríe, tiene
hambre y vuela... reflexionar cinco minutos antes de abocaros al
precipicio, escuchad el silencio en medio de la multitud, dejad
quietas las manos y entended antes por qué queréis caminar...
...Falta un manual explicativo si queremos abrir cada mañana la
puerta de la satisfacción, está claro. Lo tenéis todo, todo menos
el breviario, por eso vuestro “muñeco” está roto, es un pobre
polichinela que se aflige de amargura sin necesidad, camináis
necesitados de sutilezas, engendráis pretensiones inexistentes... lo
tenéis todo, solamente tenéis que meditar durante unos minutos
para encontrar el privilegio que se esconde en algún rincón de
vuestro pensamiento.
Me enoja vuestra actitud,
lo tenéis todo, y lloráis lágrimas de “sangre” por codiciar
los trastos del vecino. No quiero alargar más mi crítica, sólo
pediros que al menos un rato cada día os dediquéis a la
contemplación, a la de la multitud.
18-08-13
A. Hinarejos
No hay comentarios:
Publicar un comentario