miércoles, 29 de julio de 2015

sábado, 18 de julio de 2015

Madrid 0, Bcn 50.



Madrid 0, Bcn 50.
Cuando era niño y me trajeron a Barcelona no entendía por qué el catalán no se estudiaba en las escuelas, es más yo diría que estaba casi prohibido hablarlo delante de según quien, fui creciendo tanto física como mentalmente y empecé a descubrir el “trabalenguas”, la urbe castellana, ahora madrileña, era la alhaja del dictador y su lengua se tenía que imponer por doquier, no podía haber un rincón en el que no se hablara. El mandón se murió y a modo de chapuza sus acólitos reconvirtieron el país en una monarquía parlamentaria y en vez de regiones les pusieron autonomías, eso sí, su alhaja la dejaron sola para poder mangonear el sistema sin que nadie les molestara, con trabajo e ilusión fue pasando el tiempo y los hilos del entendimiento se fueron deshilachando, sobre todo los de Cataluña; autopistas de pago, aeropuerto deficitario, puerto también... el corredor del mediterráneo sin construir, AVE a última hora, estatuto de autonomía de vergüenza, en fin, una serie de decadencias sin las cuales no se puede competir, entonces el pueblo catalán se dio cuenta de que quería decidir sobre su deleite y su pena y salió a la calle a contárselo al mundo, no queremos rey, no queremos que desde la alhaja nos indiquen nuestras libertades y poesías, queremos ser amos de nuestros fracasos, del placer de nuestra libertad. Si ellos quieren hacer navegable el Manzanares que lo hagan, si necesitan autopistas de pago como curriculum pues ahí las tienen, si como lema han de presentarse a las olimpiadas cada cuatro años, sin problemas...
Yo no quiero rey, quiero vivir en un país en el que se pueda competir, no que me amordacen, quiero que mi país me respete, no que me tengan por el gruñón por definición, “los catalanes son tan agarraos que te hacen pagar en las autopistas”, a mi ir y volver a un pueblo de Castellón me cuesta, como impuesto directo, cincuenta euros, los de la Alhaja viniendo por autovía 0 €. Recuerdo que cuando era joven y vivía el mandón si alguien se compraba un coche en Barcelona, le preguntaban: ¿con M o con B? Sí, la matrícula, entonces eran numéricas, 1,2,3... y para que Barcelona no sobrepasara a la capital, había la oportunidad de tener el auto en quince días con la M y con la B, te lo decían claro, tardará noventa.
Soy español de nacimiento y las circunstancias y la mala política me han hecho catalán de pensamiento, quiero poder decidir el futuro de mi hijo, quiero pagar peaje, pero no yo sólo... ¿Tanto miedo hay a que salga que sí? Cuanto más lo ignoren más síes tendrán en contra y por favor, a mi nadie me ha adoctrinado, simplemente me he querido enterar del agravio que produce ser o vivir en Cataluña. En esta tierra la lengua es el catalán, si cuando era pequeño hubieran venido al pueblo donde nací los catalanes y nos hubieran obligado a hablar en su idioma, en el momento que hubiéramos podido los habríamos echado.
A.Hinarejos

18-07-15