Clica el enlace.
Cuando tenía veinticuatro años era un hombre joven, alto, guapo, simpático, cariñoso… vamos resultón, aunque bastante tímido pero aquel día diecisiete de mayo me rompí la médula a nivel cervical alto y a raíz de aquella rotura seguía siendo un hombre joven, alto, guapo, simpático, cariñoso y resultón aunque bastante tímido pero para moverme necesitaba un ejército y también una silla de ruedas y la sociedad a partir de aquel día solamente veía la silla de ruedas. Aquel hombre se había hecho invisible aunque con el tiempo fue tomando aire ante la vida y poco a poco se fue introduciendo en parte de la sociedad, sin embargo aunque desde aquel día se ha adelantado mucho en el tema de barreras y otras cosas comunes, lo que falta es convencer a buena parte de la sociedad para que integre a una persona que utilice cualquier artículo para poder caminar, trabajar o desplazarse en transporte público, porque aunque se reservan espacios para esa persona la gente sigue sin respetar tal espacio. Desde aquí quiero agradecer al IMPD y a TMB la campaña que han comenzado a hacer para sensibilizar a parte de la sociedad y que vuelva a verme como un hombre alto, simpático, cariñoso y bastante tímido pero un hombre y que cuando suba al transporte público respete las reservas para quien están creadas.