Me
sorprendió ayer Juan Carlos Cebrián, ponente sueco que explicó las
innovaciones sociales en su país; antes que nada diré que al no
poder levantar la mano me dirigí a la azafata que sostenía el
micrófono para pedir la palabra, me dijo que lo tenía en cuenta, la
sorpresa fue que cuando se dispuso a abrirlo para que pudiera hablar
el moderador desde la mesa dijo “se han acabado las preguntas”.
Como me interesaba saber su opinión en seguida me dirigí a Juan
Carlos Cebrián, para que me la diera ¿En Suecia se adaptan las
ciudades para todo el mundo o como aquí que si funcionas en una
silla con motor en muchos edificios no puedes acceder porque la
plataforma no admite el peso? Me respondió que al principio allí
pasaba igual pero que ahora ya lo han solucionado. También le
pregunté: ¿Cuando una persona no puede firmar como lo hace para
escriturar una propiedad? Me sorprendió su respuesta, necesita un
tutor, le huella no sirve. Dejadme dudar de Juan Carlos, dudo que un
país como él explicaba obligue a una persona que no puede firmar a
la marginación perpetua de depender de una tercera persona para
gestionar su vida cotidiana.
Aquí
según una ley de hace 150 años si no puedes firmar necesitas dos
testigos para escriturar. Aberrante.
A.Hinarejos
30-19-15