Allí
abajo se podía ver la pista de aterrizaje, los pasajeros sonreían
después de las tribulaciones acontecidas por aquella tormenta de
verano, hubo un tímido aplauso por parte de algún “desesperado”,
sin embargo el aparato no se comportaba de forma habitual, más que
ser dirigido daba la impresión de que planeaba a su antojo, las
caras satisfechas comenzaron a entristecer, la tripulación no
respondía, aquel estruendo, seguido de aquel rayo.... Ya era tarde,
la aeronave repleta de tristeza se precipitó a quinientos metros de
la pista asfaltada.
25-10-13
A. Hinarejos
25-10-13
A. Hinarejos
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