Sorpresa, qué digo
sorpresa, admiración, el sábado pasado me dieron una placa a modo
de homenaje por llevar quince años en el club Sant Martí, esto
entra dentro de lo normal, se suele hacer con cualquier socio...
...Mi sorpresa fue poder recibir la placa encima de la tarima como
todo el mundo. No se que fue para mi más importante, si recibir
dicha placa o contemplar el semblante coligado de los compañeros que
decidieron poner una rampa para recoger mi “homenaje” donde
todos, también para ellos es fundamental la “normalidad”. Por
citar algo que los hace merecedores rutinarios de unas ideas
abiertas, recuerdo hace mucho tiempo cuando el ascensor grande se
estropeó y los pequeños eran más pequeños y yo tuve que bajar
sentado en una silla de plástico, ninguno se escondió para bajar mi
silla de ruedas por la escalera desde un sexto piso, amén de toda
la ayuda que recibo por todos para disfrutar del ponerme frente a un
tablero con las piezas ordenadas para disputar una partida.
Quiero homenajear desde
aquí al componente humano del club Sant Martí por entender que su
rutina en este sentido es mi normalidad.
01-12-13
A. Hinarejos
1 comentario:
Por suerte, Don Andrés, ésto nos parece normal. Que nos dure la lucidez i per molts anys!
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