La
bondad de su inocencia. Si tuviera que definir a los chicos del Casal
del Rabal quizá fuera de esta manera. Hace un tiempo los técnicos
responsables de Ecom me pidieron si quería colaborar en el programa
en cuestión, por pura cooperación, por puro egoísmo porque se me
ofrecía la oportunidad de favorecer a alguien y al mismo tiempo
conocer de cerca a chicos unidos por un mismo sentimiento, la
marginación, dije que sí. No me equivoqué, “la riqueza de sus
sentimientos es la indigencia de los nuestros”.
Colaboran
en lo cotidiano de mi “caminar” con apego, no suelen pasar un
paso más allá de lo cortés, les gusta aprender... en general,
buena gente estos chicos del casal; la tristeza surge en mi
pensamiento al conocer de cerca el fracaso organizativo del ser
humano que se hace llamar primer mundo, pero al mismo tiempo una
sonrisa discreta dibujan mis labios al entender que la inocencia de
estos chicos todavía es ancestral. Deseo que todos encuentren lo que
han venido a buscar, que su viaje hasta aquí no les defraude y que
un día se sientan libres no sólo en sus ideas sino también en los
papeles, esos que tanto les preocupa.
Mi
apoyo al Casal del Rabal mientras siga fortaleciendo propuestas así,
y como no, a Ecom, que todo su equipo humano se moviliza a la hora de
encontrar y solucionar retos.
A.Hinarejos
09-06-15
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