Han vuelto las mazmorras de la inquisición en forma de Tribunal
Constitucional, la tortura en forma de inhabilitación, aquellos intimidaban al
pueblo descoyuntando las articulaciones de quien ellos decidían que se saltaban
las leyes, este arropado por la bipolaridad existente en el gobierno descabeza
a quien le molesta, ni urnas, ni votaciones, ni diplomacia, ni política… Aquí
no decide nadie que no sea la jefatura central, así lo dice aquel escrito que
se redactó allá por el año setenta y ocho, con más miedo que otra cosa por
parte de los que habían vivido en la clandestinidad durante cuarenta años, sí
amigos, aquella Carta Magna es inamovible y el que no lo entienda de esta
manera será introducido en las mazmorras de la inhabilitación y a la gente del
pueblo que lo apoye se le podrá llamar segregacionista; aquí se condena a todo
un pueblo a no intentar saber cómo piensa en este sentido, el TC elegido por herederos
de aquellos que redactaron la forma de gobernar y qué curiosamente sigue tutelando
España, sin cambiar una coma como no sea a su favor. El caso, es que por culpa
o gracias a ella y a la dejadez de quien la usa como doctrina, nos hemos y
estamos volviendo más rebeldes en este sentido, en cuatro o cinco años se han
multiplicado por diez los que gracias a ellos nos hemos puesto a pensar leyendo
y preocupándonos por este tema y resulta que tenemos razón, que un país más
pequeño es más controlable, al margen de la ideología de cada uno, las
mazmorras inquisitorias y la tortura de la inhabilitación no va con nosotros, hablando
es fácil entenderse, a palos no se resuelve este tema y utilizando el poder genérico
de aquel escrito que se redactó sin mucha libertad, menos.
Sigan lanzando su política con honda, impliquen al TC… y la
bola de nieve acabará inhabilitando para siempre, y no muy tarde, a todo un pueblo
a la hora de seguir juntos.
A.
Hinarejos
28-03-17
No hay comentarios:
Publicar un comentario