https://www.elperiodico.com/es/entre-todos/participacion/el-dia-que-fui-a-perpinya-a-defender-mi-derecho-a-la-libertad-198625
Tengo edad como para haber ido a Perpiñán en mis años mozos
para ver películas eróticas, cosa que nunca hice, sin embargo nunca hubiera
imaginado que por derecho a mi libertad tendría que visitar dicha localidad, y
sí, el sábado pasado como muchos que creemos que la libertad de los pueblos es
un derecho universal agarramos cada uno el medio de transporte que más le convino
o que mejor se adaptaba a sus necesidades y nos desplazamos en condición de
protesta a esa ciudad donde los exiliados políticos no son reprimidos, donde la
libertad universal se respeta, allí donde la “censura” española no tiene jurisdicción,
donde la represión española no puede actuar, allí, el a por ellos, del resto constitucionalista
como ellos se hacen llamar, no podía aporrear, sí es verdad que, puestos a
hacer daño, colapsaron de buena mañana la autopista. Perplejo y contento tras
llegar a tiempo (aunque tuvieron que atrasar el acto una hora) a los cuatro
que íbamos en el coche nos impresionó la forma como tenían organizado el tema
de las personas con silla de ruedas, el aparcamiento para handicapped, como decían
los polis franceses, estaba a cien
metros del escenario, un aprobado alto para la organización. Me pregunto y
medio mundo se pregunta si en el siglo XXI es normal que en un país democrático
haya políticos, cantantes, y chavales por una pelea de bar en la cárcel, si es
normal políticos exiliados por ideas políticas. No fui a Perpiñán a ver
películas “porno” pero a protestar contra la represión organizada iré mientras
pueda.
En mi vida había visto tantos autocares en fila, tantos
coches, un día para no olvidar, un día repleto de sensaciones, un día respirando
libertad… donde la EU no le hace caso a la justicia tradicional española, donde
los inocentes no son culpables, donde al pueblo no se le aporrea por querer
votar.
La libertad es la palabra, no la represión organizada.
02-03-20
1 comentario:
Andrés, ets un valent!
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