El otro día en una revista del Ayuntamiento de Barcelona leí un artículo donde invitaba a pedir la Teleasistencia a gente que la necesitara: hace cinco o seis años una asistenta social del Ayuntamiento de Sant Martì me ofreció tal servicio y después de mirar en varios sitios, para mí no servía, estoy demasiado mal para poder usarla, no obstante la empresa que la gestionaba entonces me la quería dejar, yo me negué.
Hace unos días contestando a mi pregunta sobre este tema me
llamó una persona diciendo que era la responsable de la nueva empresa y que no
sabía nada de mi caso, me dijo que me
llamarían del Ayuntamiento y me dirían algo, a la semana me llaman y me comentan
que la cosa está igual, que para mí todavía no hay nada que yo pueda hacer
servir, pero que han pensado que el botón que acciona la Teleasistencia puede
llevarlo mi compañera y así ella puede avisar.
Le pregunto si es chiste y me confirma que no… “Yo la TA la quiero
precisamente por si a mi compañera le pasa algo grave y nos quedamos los dos “fritos”
sin poder avisar a nadie; daos una vuelta por la Europa desarrollada y enteraos
de que ese servicio es para quien más lo necesita, de todas maneras yo tengo un
sistema con el que desde cualquier rincón de mi casa os podría avisar a través del
teléfono.”
Me responde:
-La empresa que lo gestiona no trabaja con Alexa -que es con
quien tengo conectado mi teléfono.
-Pero si no hace falta -le contesto- En fin seguid haciéndolo
así de mal, total os votan igual.
-Bueno si sale algo que lo puedas accionar tú te llamaré y podrás
tener la TA.
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