Se habla mucho de la soledad del cuidador. Pero…
La soledad del cuidador o la amargura del cuidado ¿Que prefieres?
Yo ninguno, ni cuidado ni cuidador pero estoy más cercano del cuidado que del cuidador por suerte o por mala suerte pero evidentemente que lo cambiaría sin firmar. Sí, lo cambiaría porque entre otras cosas si soy un cuidador remunerado puedo cambiar de trabajo cosa que si soy un cuidado pagando nunca podré cambiar. Otra cosa es el cuidador impuesto por un padre, un hijo, un familiar…
El paciente, el inválido, el enfermo… es el cuidado, el cuidador remunerado es el que en muchas ocasiones hace enmudecer al cuidado porque le molesta que le diga lo que tiene que hacer.
La soledad del cuidador remunerado no existe, existe la soledad del cuidador familiar y la del cuidado. La soledad del cuidado es de libro, es un poema épico grabado en su cerebro con letras exclusivas, es una soledad suya que vivirá y morirá con él, una soledad acompañada en muchas ocasiones de tristeza, melancolía, sinsabor… Una soledad abiertamente estructurada porque si el cuidado pone puntos sobre las ies, el cuidador desaparece.
La soledad del cuidado es endémica, es tan verdad como su dependencia, es así porque su vida está infravalorada, tanto que casi siempre se convierte en amargura.