sábado, 23 de agosto de 2025

Se hunden las pateras, se hunde la vida, se muere la esperanza…

 



Se hunden las pateras, se hunde la vida, se muere la esperanza… El viaje más caro para obtener nada, un viaje abonado con bastante dinero y sangre pobre, un viaje al horizonte infinito de la desesperación, un viaje. Solo esperanza en el camino y tristeza en el destino, sí, en cualquier calle de cualquier ciudad de este país existen viajeros de pateras que no se hundieron, viajeros durmiendo sin ningún cobijo. Seres humanos acarreando tristeza al mismo tiempo que arrastran unos kilos de chatarra para poder comprar un poco de comida para no morir de hambre.

Se durmió la esperanza en el limbo de la esclavitud de un poder prepotente que funciona solamente para suministrar miseria, los llantos ahogados de los viajeros de ilusión llegan a estos escritos temblorosos impregnados de la miseria colectiva que los dirigentes de sus tierras han desparramado sobre ellos.

Después de tanta muerte en los viajes de Canarias, la costa andaluza y ahora en las Islas Baleares es difícil describir el naufragio colectivo que existe en los servicios sociales, humanitarios y de inmigración… En un país que quiere ayudar pero que se siente desbordado ante tanto volumen de gente desesperada. Un país que ve como mucha gente duerme en la miseria de una calle cualquiera, solo en Barcelona han contado a 1000 y pico de personas sin techo.

Mientras dictadores creen personas pobres la cosa no se arreglará porque en vez de venir a trabajar, huyendo de déspotas, asesinos, violadores de derechos… Aquí encuentran una forma de miseria menos agresiva pero al fin y al cabo, miseria.

Un país que ofrece miseria al que viene huyendo es también un país pobre. 

23-08-25


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