Siempre y cuando un refugiado sea tratado como se merece
estoy de acuerdo en que los acojamos. Otra cosa es hacerles venir para
quedarnos tranquilos y a los pocos meses abandonarlos, ofrecerles comedores
sociales, trabajos de semiesclavitud, top
manta… un país en quiebra económica, con muchos de sus ciudadanos en la más
ruin de las desdichas, sin tener nada que ofrecer no debería tomar el pelo a
gente tan necesitada, los traemos y luego qué, quien les garantiza una vida
digna si el hachazo de la miseria se ensaña entre la población autóctona, desahucios,
empleos miserables, sufrimiento al no poder alimentar a sus retoños… …Esclavitud recompensada con cuatrocientos
euros al mes, a quien queremos ayudar con semejante panorama, muchos de
nuestros ciudadanos, la mayoría jóvenes, viven en situación de “refugiados” en
el resto del mundo porque aquí no tienen ninguna posibilidad. Refugiados sí
pero con garantías, no ofreciendo miseria a la miseria, no hacinándolos en albergues
ocasionales que acabarán en rancios guetos olvidados por no poderlos sufragar, limosna
no es lo que pide un refugiado, lo que pide un refugiado es que el poder bélico
se erradique del planeta, que los “golpes de pecho” que se dan los gobiernos al mismo tiempo que “fabrican”
violencia no sea una falacia generalizada que hace imposible la convivencia.
Quiero refugiados, no repoblar mi país de gente indefensa con
la que hacer negocio ofreciéndole trabajos miserables al pasar unos meses, quiero
refugiados pero ofreciéndoles trabajo con sueldos rentables para vivir sin
tener que mendigar, quiero refugiados que puedan volver a su país cuando se
estabilice la tranquilidad, no que salgan huyendo cuando se den cuenta que aquí
la pobreza es endémica por la gestión que realizan gobiernos arcaicos.
Los cajeros de mi ciudad se llenan por la noche de personas
durmiendo, me pregunto cuántos de ellos son refugiados que hemos traído
engañados.
Andres Hinarejos
27-02-17
No hay comentarios:
Publicar un comentario