Foto de Carlota Betoret
Hace
mucho tiempo vivió un personaje influyente, tanto que su forma de
pensar sigue como un fantasma pululando en infinidad de mentes, un
espíritu alojado en el pensamiento pueril de súbditos suyos, éstos
confundidos abogan por un mecanismo superfluo para que vivamos todos
bajo un mismo paradigma, Franco lo consiguió durante cuarenta años,
su disciplina ha seguido empleándose durante todo este tiempo, sus
acólitos satisfechos no han rechistado, hoy, al vislumbrar Cataluña
que la realidad perjudica seriamente cualquier empresa que decida
emprender y hacerlo saber al resto, la influencia franquista ha
resurgido por doquier, se desesperan intentando menospreciar el
sentido común de ciento de miles de personas que intentan renacer de
las cenizas, no soportan la idea de que una riada de gente
reivindique lo que casi nunca ha tenido, libertad, no entienden que
la idiosincrasia del pueblo catalán no encaja entre pensamientos
adormecidos, es triste ver desde aquí como quien no te quiere no te
deja irte, es triste oír improperios hacia una gente que hasta ahora
siempre ha colaborado más allá, es triste descubrir la ilegalidad
de una postura tan verosímil como es la propia autodeterminación,
es triste oír al presidente de España hablar y no decir nada,
enrocado en la no ruptura, en la legalidad, en la constitución...
mientras cada vez más catalanes hacemos oídos sordos y gracias a su
discurso apoyamos la salida de su jurisprudencia.
Un
gobierno incapaz ante la que se avecina no debería tener la llave de
la despensa.
Fantasma,
espíritu, personaje... Cataluña, realidad, renacer...
A.Hinarejos
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